martes, 17 de junio de 2008

Derrotada la Resolución 99 por la voluntad de Dios

La Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico es fruto del trabajo colaborativo de los distinguidos señores miembros de la Asamblea Constituyente. Su elaboración no estuvo exenta de debates, pero el resultado fue un documento de avanzada del que podemos estar orgullosos todos los puertorriqueños.

Una sola vez se ha enmendado el estatuto, para reducir la edad mínima de los electores de 21 a 18 años. En medio de la Guerra de Vietnam, esta enmienda hacía justicia a jóvenes que eran mayores para matar o morir en la guerra, pero menores para votar. A partir de entonces han aparecido varias propuestas para enmendar la Constitución, casi todas estúpidas o mal intencionadas. Tal vez recuerden aquella enmienda propuesta por Hernández Colón para decretar que los puertorriqueños somos puertorriqueños, o el intento de Rosselló por criminalizar aún más la pobreza y de paso tomar por asalto el Tribunal Supremo. Por suerte, el pueblo las ha rechazado todas.

El intento más reciente de manosear lascivamente la Constitución viene del sector religioso fundamentalista con el apoyo de los más incompetentes legisladores. Ocurre en una sociedad en la que no se enseña a la gente a respetar la diversidad ni los derechos de las minorías.

En una sociedad sana usted no tiene que ser mujer para denunciar la violencia de género, y no tiene que ser independetista para denunciar el carpeteo y la persecución. En una sociedad justa y sana usted no tiene que ser negro o inmigrante o palestino o mulsulmán o pobre para denunciar los prejuicios, atropellos, discrimen y violencia que la mayoría descarga contra las minorías.

Pero en una sociedad enferma, hasta un oscuro libro escrito por tribus salvajes sirve como excusa para perseguir y criminalizar a personas que cumplen siempre con la ley, trabajan, pagan sus impuestos y contribuyen responsablemente con el desarrollo de nuestro país.



Finalmente, aunque el Senado se rindió cobardemente a los chantajes inmorales de los moralistas, la Cámara de Representantes, particularmente la comisión que tuvo a su cargo la Resolución, la rechazó.

Dicen que ni una hoja de árbol se mueve sin que sea la voluntad de Dios. Evidentemente ha sido su voluntad que la desgraciada Resolución 99 haya llegado a su fin.

3 comentarios:

El Rata dijo...

Esperemos que esta victoria se repita el año que viene cuando Jorge De Castro Font la trata de enjorquetar el año que viene...

Indio Bravo dijo...

Tal parece que no podrán contar con Ñañito. Se ha retirado de la política por un tiempo.

El Rata dijo...

Jejeje... ¡pues parece que Dios ha hablado de nuevo! :-D