lunes, 30 de mayo de 2011

What the Bleep...? What the fuck?!!!!

Hace varios días, mi primo J. me hablaba, con enorme entusiasmo, de una película que yo "tenía que ver". What the Bleep Do We Know es el nombre de esta cautivante producción con pretensiones de documental y efectos de ciencia ficción.

J. no podía contener su deseo de compartir conmigo la experiencia de un "documental científico" que le había cambiado su forma de ver la vida. La película pretende hacer una conexión espiritual entre la física cuántica y la conciencia, en una forma que nos recuerda al libro The Tao of Physics, en el que desperdicié unos cuantos dólares, hace poco más de una década.

Le expliqué a mi primo que si la película planteaba la honesta opinión científica de profesionales cualificados en el campo de la física, necesitábamos conocer la opinión de sus pares, y de la Academia en general, sobre las teorías presentadas por los primeros. Después de nuestra conversación, decidí hacer mi propia investigación sobre la obra cinematográfica.

El hecho de que la crítica haya barrido el piso con la película, no me impresiona. Últimamente, por cada obra maestra que nos obsequia el séptimo arte, nos llegan decenas de producciones a las que les queda grande llamarse mediocres. Así, pues, lo indispensable era conocer la opinión de los más cualificados académicos.

El periódico británico The Guardian me facilitó la tarea, trayendo la opinión de quien es, para mi, el Leonel Messi de las ciencias: Richard Dawkins. Dawkins describe el filme como "más pretensioso que aburrido" y extraordinariamente aburrido. Menciona, también, la incapacidad del autor para decidir entre física cuántica y conciencia como temas centrales, y destaca la deshonestidad de unos productores a los que llama charlatanes.

Por otro lado, Clive Grated advierte del mensaje confuso que surge cuando se lleva a la gente a pensar que las propiedades cuánticas (que describen la materia a escalas muy pequeñas) pueden aplicarse a escalas mayores. Grated ridiculiza la idea de que se pueda cambiar los patrones estructurales de una pequeña gota de hielo mediante procesos mentales o pegando mensajes sobre una botella.

Que la película distorsiona la ciencia para ajustarla a su propia agenda, es el argumento de Simon Singh. Denuncia que está llena de mentiras y medias verdades. El doctor en física de partículas, de Cambridge University, dice: "Take my advice and do not see this film. I repeat, do not see this film. I repeat again, do not see this film. If you do, then you will leave the cinema misinformed, £8 poorer and having wasted two hours of your life."

La lista de científicos prestigiosos que denuncian las falsedades y absurdas pretensiones de este filme, es mucho más larga. Desafortunadamente, la disposición de las masas a aceptar como legítima cualquier afirmación mágica, basada en superstición, o simple y llana ignorancia, es extraordinariamente mayor.